24 de Abril de 2024

-Los dueños de la droga en el Estado de México 

Por Héctor de Mauleón

José María Chávez Magaña, le dicen “El Pony”, fue aprehendido en Tejupilco, Estado de México, en una acción conjunta de la PGR, la Marina y el Ejército. “El Pony” puso en manos de las autoridades federales la estructura completa de la “Familia Michoacana” y reveló cómo fue que su organización pudo apoderarse de cada uno de los municipios que conforman el estado.

Su relato es el de los años en que la “Familia Michoacana” contó “al 100” y “al 200 por ciento” con el apoyo de autoridades municipales y estatales, no sólo del Estado de México, sino también de Guerrero y Michoacán.

“El Pony” estuvo detenido varios años en Estados Unidos. Lo habían sorprendido con cinco kilos de cocaína y una tonelada de marihuana. Logró que le hicieran pagar los últimos años, de los 15 que pasó en prisión, en el penal de Uruapan. Al salir buscó al jefe de la “Familia Michoacana2 en Zitácuaro y le pidió que lo contactara con el líder máximo de la organización, José de Jesús Méndez Vargas, alias “El Chango”. Según “El Pony”, se habían conocido de muchachos, cuando trabajaban como peones en campos de Estados Unidos.

Quince años en la cárcel formaban, al parecer, un buen currículum. “El Chango” Méndez lo hizo jefe de plaza en Ecatepec y puso bajo su mando a 80 personas. “Yo coordinaba la compra y venta de droga, y que no hubiera otros vendedores en la zona”, dijo “El Pony”.

“La Familia” estaba en guerra con “Los Zetas” y con los Beltrán Leyva, “por lo que al que nos topábamos lo íbamos tumbando”. Cuando Ecatepec quedó “asegurado”, “El Chango” mandó a “El Pony” a “abrir plaza” al Sur del Estado de México. Quedó al frente de 100 sicarios y de los municipios de Tlatlaya, Tultepec, Coatepec Harinas, Almoloya de Alquisiras, Sultepec y Amatepec. 

A fines de 2006, mientras se verificaba en el estado el cambio el Gubernatura, salía Arturo Montiel, entraba Enrique Peña Nieto, “El Pony” “había limpiado ya la plaza, sacando a “Los Zetas” de la zona”. La recompensa fue que “El Chango” le dejó colocar gente de confianza al frente de estos municipios. Se acomodaron así: Tlatlaya, Leobardo Villegas, “El Sierreño”, con 15 pistoleros; Tultepec, un sujeto apodado “El Toro”, con 12; Coatepec Harinas, un individuo apodado “El Verde”; Almoloya de Alquisiras, Armando Hernández Hernández, “El Player”; Amatepec, Johnny Hurtado Olascoaga, alias “El Fish” o “El Pez”, con 18 sicarios a su mando. Nadie los molestó en los cinco años siguientes. “Duramos así hasta 2011… las plazas estaban totalmente aseguradas”, declaró. Había presidentes municipales y jefes policiacos que apoyaban a “La Familia” “con todo”, “al 100” y “al 200 por ciento”.

En Tlatlaya, “El Sierreño” recibía goma de opio y marihuana de la zona serrana de Guerrero, San Miguel Totolapan, Ajuchitán del Progreso y Apaxtla de Castrejón, y la internaba en el estado para su distribución.

En 2011 “El Chango” Méndez fue detenido por autoridades federales y se replicó en el Estado de México la mecánica de otras regiones en donde las organizaciones criminales han sido descabezadas. El heredero de “El Chango”, su hermano Antonio Méndez, decidió aliarse con el jefe de plaza en Toluca, Rodolfo Paredes, alias “El Bofo”, para frenar el creciente poder que el grupo de “El Pony” había adquirido. Para lograrlo, se alió con Miguel Ángel Treviño, líder de “Los Zetas”, y Mario Salgado Casarrubias, líder de los “Guerreros Unidos”.

En medio de esa crisis no hubo un solo delito de alto impacto que no creciera en el Estado de México. Homicidios, secuestros, extorsiones y robos con violencia. La tendencia inició en 2011 y alcanzó el delirio en 2012.

Tras la defección de Antonio Méndez, “El Pony” quedó como único líder de “La Familia” en el Estado de México. Mandó a Johnny Hurtado a controlar la región colindante con Guerrero; le entregó Nezahualcóyotl y Chimalhuacán a Armando Hernández, “El Player”; puso Los Reyes en manos de Juan Carlos Muñoz Vargas, “El Pariente”; le dio Ixtapaluca, Chalco y Amecameca a “El Mascarita” o El “9 ½”, y Valle de Bravo a José de Jesús Salazar, “El Tuzo”. Toluca quedó a cargo de José Luis Vences, “El Chanis”.

Un guatemalteco llamado “Édgar” surtía la cocaína, llegaban 40 kilos cada 10 días a bordo de “camiones de pasaje”. “El Pony” la repartía en las plazas. Todo seguro y con protección. Les fue tan bien que Johnny Hurtado logró expandirse a varios municipios de Guerrero, como Teloloapan, Apaxtla, Cuetzala, Balsas, Acapetlahuaya, Amatepec y Tlalchapa. El sindicato de transportistas de la CTM de Arcelia, dijo “El Pony”, movía la cocaína en sus camiones. 

Para él, todo terminó en Tejupilco. Pero la historia que cuenta no. Esa historia no ha terminado y sigue hundiendo en la barbarie y la zozobra a millones de mexicanos.