24 de Abril de 2024

-Diputados 

Colgamos a los ladrones de poca monta, pero a los grandes ladrones los elegimos para cargos públicos. Esopo (620 A. C. - 564 A. C.), fabulista griego.

Por Julio César Vega Olivares 

Dicen que uno conoce al candidato pero no al diputado, porque normalmente la única oportunidad de ver a un diputado es cuando éste es candidato, es decir, en esta fase de la metamorfosis comicial, después parece misión imposible.

Ahora mismo ya están en campaña los candidatos a diputados y, sin chiste, salvo los espectaculares y la propaganda que trata de amplificar las pequeñeces y encontrarles cualidades que parecen de pronto recién descubiertas.

¿Qué debe saber y hacer un diputado?, pues debe conocer y analizar una problemática social, la cual deberá ser resuelta por la vía legislativa, es decir, mediante modificaciones o iniciativas de cambio en la Constitución y/ o leyes secundarias, códigos y demás, pero no con políticas banqueteras, con laminitas, pinturita y cuentecitas de vidrio, todo eso posterga, pero no resuelve.

Para ello se requiere un amplio conocimiento constitucional y legal, investigar   y tener un proyecto para  la adecuación de las leyes o para el cambio en las mismas, para reducir los pasivos legislativos del país, tales que logren una sociedad más justa, así como asegurar su cumplimiento; por ejemplo, en el caso de la  corrupción que está ahora en el centro del debate, es importante su opinión sobre el particular, sobre cómo edificar instrumentos legales y coercitivos  para que podamos realmente disminuir de manera considerable  la corrupción, con leyes más severas y precisas, tales que la desincentiven y castiguen este flagelo; y también en ese sentido quitar los fueros, elevar las prescripciones y las penalidades, y el asunto de la revocación del mandato para los ejecutivos y legisladores.

Que dejen de existir ciudadanos de primera y de segunda, que cualquier persona, llámese juez, magistrado, presidente municipal, gobernador, incluso el Presidente de la República, esté obligado a acudir ante la autoridad para rendir declaración y enfrentar los cargos y ser juzgados en el puesto. ¿Para qué esperar a que el daño este hecho?  Actualmente todavía no es hora de que en la Legislatura Federal y Estatal se resuelva la traqueteada Ley contra la Corrupción, pero luego, cuando los diputados resuelven, las leyes resultan una gran decepción, pues son inoperantes o de plano no resuelven.  

Pues los diputados del III Y V Distrito de Veracruz van a tener un debate, si puede llamarse así; esperemos ver su propuesta a debatir. No queremos gestión, eso es una simple justificación de la falta de conocimiento legislativo, para ello ya existen presidentes municipales y otras instancias; queremos trabajo legislativo, por ejemplo, la propuesta de que los diputados trabajen 12 meses del año y no siete (cuando bien nos va); es un pendiente y casi el paraíso con cinco meses de vacaciones pagadas al año y otras prestaciones.

Así también debe exigirse que el diputado que falte tres veces, como dice la Ley, se le retire del puesto, nada de prebendas. Los fueros son sólo para garantizar la libertad de expresar su pensamiento; que cada diputado se  comprometa de su actuación al frente de su responsabilidad y que primero deban consultar a la ciudadanía de su Distrito sobre el sentido de su voto  y, que de acuerdo con esta consulta, sea orientado el sentido final del voto del diputado en el pleno de la Cámara; que lleven un registro específico de sus intervenciones, donde se refleje el sentido de sus votos, referente a las leyes aprobadas o rechazadas, de sus propuestas y de su acción y desempeño en el cargo; que lo publiquen en los periódicos de mayor circulación en su Distrito durante tres días anualmente, para demostrar su compromiso, no con su coordinador de bancada,  sino con los ciudadanos que votaron por él, si es que el voto les importa, y que quien no cumpla con esto, simplemente sea legalmente inelegible para ocupar cualquier otro puesto de elección popular o de la Administración Pública, por faltas a la ética y/o a su responsabilidad como legislador. Se trata de moralizar la actividad legislativa, para que deje de ser una actividad frívola e inmoral; que el voto del diputado en el pleno de la Cámara deje de ser moneda de cambio para obtener prebendas y puestos. Ya basta de que el puesto de diputado sea un cheque en blanco para el enriquecimiento personal, pues este cargo es y debe ser un puesto de respeto a la ciudadanía, de trabajo intenso, de estudiar, revisar y resolver, no para disfrutar de unas vacaciones legislativas con cargo al erario, mientras el país se desmorona. 

A ver si los candidatos nos ven y nos oyen cuando menos ahora en campaña y cuál de todos los candidatos se atreve a proponer esto; veremos si van en serio o nada más como siempre, puro cuento. 

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