16 de Abril de 2024

-Keynes y las afores

Por Julio César Vega Olivares

“Con un proceso continuo de inflación, los gobiernos pueden confiscar, secreta e inadvertidamente, una parte importante de la riqueza de sus conciudadanos”. John Maynard Keynes

Las políticas Keynesianas estuvieron en boga después de la crisis de 1929, y su aplicación en el tercer mundo se mantuvo durante varias décadas, pues justificaban la intervención del Estado en la economía y la Dependencia Orgánica asociada del sector obrero, campesino y popular, lo que garantizaba el continuismo político del partido único y el Estado era el responsable de inducir y conducir el crecimiento económico en aquellas áreas en donde el impacto monopólico era facilitador, pero también en algunas donde competía con el sector privado, sin menoscabo de las áreas sociales donde el sector privado no invertía y el Estado actuaba protegiendo las intervenciones económicas externas, protección que ahora consideramos como pre-moderna y obsoleta.

Todo esto se dio durante el periodo denominado desarrollo-estabilizador, cuando con una paridad peso-dólar, controlada por la economía, tuvo un fuerte auge, con un crecimiento promedio del seis por ciento del PIB; el modelo también fue tipificado como de economía mixta, hasta que como todos los modelos, el abuso y la falta de límites comenzó a agotarlo, y para cubrir sus deficiencias arrancó el endeudamiento externo, pero luego descubrimos el petróleo y la irresponsabilidad de su manejo, la cual dio la pauta para iniciar la espiral de una crisis de deuda que parece inacabable, porque a pesar de todo lo pagado, continua creciendo.

Una de esas frases lapidarias en relación al modelo de intervención estatal fue una expresión de Keynes, que ahora parece se encuentra en boga y da respaldo al modelo de pensiones mexicano y  latinoamericano, es decir, a la existencia de las afores, y bien parece ser el mecanismo económico que sustenta este “modelito”, pues sólo esperan que se cumpla aquella famosa sentencia Keynesiana, en el sentido de que “en largo plazo todos estamos muertos”, así lo único que hay que hacer es extender el plazo lo suficiente para que el posible pensionado no pueda reclamar sus alcances pensionarios, y así todos los vivos estamos contentos; es decir, la variable principal del modelo es precisamente esta apreciación de Keynes, que se ha convertido en variable central del modelo afores, claro, en lo que esto sucede, los administradores actúan en consecuencia y para qué esperar por adelantado, pues se llenan los bolsillos con utilidades astronómicas sin aportar nada a la economía, sumándose al Caifanismo Económico, sector cuyas utilidades ya superan las del sector productivo; ni que decir del especulativo y bancario, quienes tienen utilidades enormes, se dice que sólo los bancos lograron aumentar sus ingresos en 2015 en un 6.5 por ciento más en relación al 2014, ya que durante el 2015 la suma de las utilidades de los bancos en México fue de 98 mil 753 millones de pesos; así, mientras sigue el auge bancario, la economía mexicana se hunde lentamente en las arenas movedizas del préstamo externo. 

El entorno económico mundial parece diseñado para mantener la opresión y la pobreza del tercer mundo, la inestabilidad de los mercados, la volatilidad cambiaria y el lento crecimiento productivo, que son como el mal fario del subdesarrollo y lo cual cierra las posibilidades de México este año; ahora la inflación amenaza nuevamente con castigar aún más a la población y como medida de contención económica se parece querer regresar al thatcherismo;  cuyo postulado central es el paro laboral, es decir, despidos masivos  para controlar la inflación, que es como querer curar un dolor de cabeza con una guillotina, claro, hay países con seguro de desempleo, pero en México, de por sí con empleos de bajo valor agregado, que impiden el ahorro para las épocas de estrechez económica, quedarse sin trabajo es catastrófico, y luego sin piedad se vuelve a arrojar a miles de personas a la delincuencia y a la pobreza en un nuevo ciclo de vaivén, de progreso cero, pues la inflación también es una quita de productividad y parece que la amenaza de recesión en México continúa pendiente. Pues las finanzas públicas mantienen un tajo que puede crecer aún más, es decir, el problema parece mas grande que el que la retórica oficial y del Banco de México parecen querer cubrir, y un nuevo golpe especulativo de la minoría opulenta nacional o extranjera, que se agrave por el aumento de las tasas de interés y de la inflación, puede ser de catastróficos resultados.