28 de Marzo de 2024

-“Marea negra”, de Luis Pineda

Por Nancy Jácome

Hace unos meses, la Dirección de Educación y Cultura trajo a Tuxpan al autor Luis Pineda, radicado en México, pero de acuerdo a su biografía eligió ser veracruzano. Como todo asistente, me hice de mi copia debidamente autografiada, debido a que leyó un capítulo que captó mi interés. De hecho fue el afán de llegar a este capítulo lo que me hizo no abandonar la lectura.  

Por fin he terminado de leerlo y si bien puedo decir que me he dado de topes con lo gastado en otros libros, con éste no me sentí arrepentida. Sin embargo no logro engancharme al extremo de no poder pasar un día sin leerlo; de hecho me fui todo un fin de semana y me acordé del libro porque tenía que hacer esta columna.

No es precisamente que la idea sea mala o que el autor sea aburrido, es que a mí no me enganchó. Leerlo fue fácil, al final incluso cuenta con un glosario, para que no te vayas hasta el diccionario. La descripción es buena, es fría, cruel, pero es que en verdad yo he leído cada barbarie que no sentí que este autor fuera muy grosero, de hecho no lo es, más bien es claro y dice las cosas como son.

Hay crueldad en la historia, de hecho en toda habla de ella, pero en muy pocas partes se explica. Vives en un mundo de crueldad y es natural. La desnudez es natural, la violación es natural, el esclavismo es natural, la violación de esclavos y entre el mismo sexo es natural.  Y aunque entiendo que el autor me quiso mostrar un mundo escalofriante, no logró conmoverme mucho, tal vez  lo hizo tan natural, que me faltó asco e indignación en sus palabras, para yo también indignarme.

El libro es narrado en tercera persona y tal vez para mí gusto hubiese sido mucho mejor si hubiera sido en primera, pues así hubiera sabido el sentir en el corazón del personaje y en su pensamiento. Hubo algunos capítulos en los que me sentí desorientada, porque primero me suben a un barco, el Empyreo,  luego me lo destruyen. Luego me suben a otro barco, después me aclaran que es el Esperanza y luego me ponen en otro barco y me dicen que es el Empyreo, y ahí comprendí que me narraban una escena anterior.

Después de naufragar un poco entre barco y barco, me dispararon a una ciudad que no entendí bien de dónde salió y me ubicaron ahí, me dijeron: sigues al guardia y lo seguí, y ahora vas para acá y allá fui, después me dijeron ese lote de negros que se vende es tuyo y aunque el autor me quiso hacer partícipe en estos capítulos de la historia, yo no me sentí así. Contrario a eso, me sentí en la historia de After Dark de Murakami, cuando me decía: eres una cámara y ahora te mueves para allá y luego para acá. Esa forma de narrar me estresa.

Pero, bueno siguiendo con la explicación de la historia, te digo que trata de un barco que transporta esclavos, los negreros son portugueses. D´Costa es el capitán, considerado el mejor por llegar con la mercancía casi entera y en buenas condiciones, en su travesía por el mar. Su mano derecha es Daga, pero el Capitán sigue siendo el capitán, porque deja mucho que desear, y está la  Mamba, que es una esclava que fue vendida por su tío a los tratantes árabes.

La historia, aunque no está basada en un hecho real, sí tiene en ella varias situaciones que fueron reales en el siglo XVI, teniendo como referencia Brasil, país al que viajó el autor y platicó con sus habitantes para conocer estas historias olvidadas en la memoria de la vergüenza cultural, que el mundo ya no quiere recordar por pena.

 

Realmente a mí la historia, al final del día, no me enganchó tanto, pero tampoco puedo decir que fue un gasto mal hecho; me mostró un nuevo mundo con el cual no pude identificarme, tal vez porque en estos tiempos la doble moral y las crecientes campañas en defensa de los derechos humanos, hacen que aquellos días parezcan lejanos, distantes y sobre todo difíciles de aceptar.  No te olvides de seguirnos en Facebook: De libros y Otros Chuchos.