23 de Abril de 2024

Vive la tradición del Día del Niño Perdido

-Familias antepusieron la situación económica y compraron velas para iluminar sus calles

-Unos compraros carros para sus hijos y otros prefirieron elaborarlos

Por MAYRA ROJAS SANTIAGO

Fotografías JUAN ZÚÑIGA

La crisis económica ha “golpeado” a las familias tuxpeñas, reflejándose en la escasa comercialización de velas y carros, no así, la tradición del Día del Niño Perdido que se mantiene intacta en las pasadas como en las nuevas generaciones, estas últimas impulsadas por sus padres y abuelos salieron a las calles para fomentar esta celebración.

Después del mediodía, cuando los menores comenzaron a salir de sus escuelas, se empezó a notar el desfile de la niñez tuxpeña, quienes ya no resistían las ansias de que el ocaso llegará y el Puerto se iluminara, para salir a vivir un año más esta tradición que se preserva.

Llegada la tarde, poco después de las 18:00 horas, decenas de personas salieron a iluminar sus banquetas, calles, bardas y portones, para después ir a misa, recorrer las avenidas, tomar fotografías o llegar hasta el Callejón del Niño Perdido, mismo que es emblemático de la ciudad y, sin duda alguna, es el más visitado en estas fechas, debido a las miles de luces que lo adornan.

En colonias y comunidades alejadas disfrutan del festejo y aseguran que aunque el dinero no alcance, las ganas de preservar viva esta cultura son más fuertes. “Nosotros somos de Barra de Galindo y cada año salimos a iluminar nuestro patio, incluso desde época de Todos Santos guardamos los pedazos de vela que quedan en el altar para tener luces durante esta noche, lo importante es que la tradición siga”, refirió Brenda Velázquez.

La señora Esperanza Cruz, locataria del mercado y ama de casa, indicó que aunque ya no es como antes, la gente sigue entrando al mercado a comprar sus luces, dijo también que cada año participan en la tradición y que ahora que tiene un hijo le compra su carrito y sale a pasear con él, pero antes acuden a misa para no dejar atrás el lado religioso. 

Por otro lado, la señora Luz Elvia Hernández dijo que tiene más de 40 años saliendo a vender sus velas, y que este es uno de los más bajos en cuanto a ventas se trata, indicando que  la gente sólo preguntan y se va, y que en caso de comprar, es muy poco. “Tiene mucho que ver que casi no hay dinero y que mucha gente se cambia de religión”, indico.

 

Mientras tanto, los niños en sus escuelas participaron en concursos donde fueron premiados los mejores diseños, diciéndose los ganadores muy orgullosos de su esfuerzo. “A mí me ayudó mi papá y cuando yo sea grande le ayudaré a mis hijos, así como dice mi papá, que mi abuelo lo ayudó”, dijo el niño Edwin, quien fue ganador en un concurso escolar.