La deliciosa bebida refrescante, que se elabora con plátano machacado, grosella, hielo y leche evaporada, le fue solicitada allá por los años 50 a uno de los locatarios del Parque Reforma, que en aquella época tenían sus puestos al centro del recinto, en la parte inferior del kiosko, por un vendedor de joyas de oro proveniente de Yucatán, a quien apodaban “El Yuquita”.
A petición de dicha persona fue preparado por primera vez lo que el solicitante llamó “tinkey”, acorde con su lenguaje, sin imaginar el éxito que tendría la bebida refrescante algunas décadas más tarde; aunque en principio no llevaba plátano “machacado con un palito”, sino en rodajas, pero acabó por ser preparado, y denominado, como ahora lo conocen propios y fuereños.
