“El Chino” aseguró que cuando el clima es bueno, durante una jornada de labor puede acopiar lo equivalente a tres salarios mínimos, cifra que le permite sostener a su esposa y dos hijos, una niña de 11 años de edad y un varoncito de siete, pero en tiempo lluvioso se ve obligado a acudir a hacer talachas a la vulcanizadora que regentea su hermano, pues de otro modo no tendría con qué pagar la renta, el agua, la luz, el gas, los pasajes, así como la ropa y los zapatos que requiere su familia, amén de los alimentos cotidianos.
Relató el experto en abrillantar el calzado ajeno que, a punto de llegar al medio siglo de vida, lleva 29 años ejerciendo su oficio en la Plaza Juárez, aunque lo aprendió mucho antes, desde los nueve años de edad, cuando por las tardes asistía a la Primaria y aprovechaba las mañanas, como entre las 10 y la una de la tarde, para bolear los zapatos de los parroquianos que se reunían en las cantinas.
Entre sus clientes, relató el entrevistado, figuran personajes de la política, como Beto Silva, personajes con quienes llega a hacer buenas migas e incluso le cuentan en ocasiones algunas intimidades, indicó. Desde hace un par de décadas tiene clientes fijos que acuden un par de veces por semana a requerir sus servicios, gracias a lo cual, aseveró, va saliendo adelante con su familia, sin posesiones materiales, aunque con buena salud y felicidad. Por eso, concluyó, todo lo que le pide a la vida es que la “chamba” no escasee.
