AGENCIAS
En la zona arqueológica de Sultepec-Tecoaque, ubicada en el municipio de Calpulalpan, región tradicionalmente pulquera, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron el entierro de un dignatario, posiblemente un sacerdote o gobernante, vinculado al dios del pulque y la embriaguez.
El entierro, localizado hace una semana, a seis metros de profundidad dentro de un aljibe edificado para almacenar agua, confirma la importancia cotidiana y ritual que esta población le dio al pulque.
“Es un hallazgo que nos sorprende, porque ya teníamos la representación del maguey, pero no de la deidad del pulque”, dijo el Arqueólogo Enrique Martínez en un recorrido por el sitio.
Junto a los restos de este individuo de alto rango, de unos 25 o 28 años, también se hallaron fragmentos de huesos de tres niños, jarras, cajetes y cuencos utilizados para contener pulque, así como un trono y una piedra de forma cilíndrica sobre los que están grabados el glifo calendárico “dos conejo” de Ometochtli, dios del pulque y la embriaguez.
Este contexto funerario, junto con otros objetos para la explotación del maguey que se han hallado en el sitio, confirman que desde tiempos prehispánicos, en Tecoaque se explotaba, producía y distribuía pulque, comentó el Arqueólogo. Desde allí, mencionó, salía el pulque hacia Tenochtitlán.
Para Martínez es un hallazgo único, porque es la primera vez que el entierro de un alto mandatario se localiza en una zona habitacional y no en el centro ceremonial. Esto permite pensar en una apropiación popular del jerarca, pues se trata del dios que les da la felicidad, la embriaguez. Ahí también se hallaron los pies de una mujer, asociados con el camino de Quetzálcoalt al inframundo.
